24 noviembre 2024

Este bicho no ha conseguido matarme – David Delgado

David Delgado tiene 50 años, es de Azuqueca de Henares y ha superado la COVID-19. Su vida se detuvo a mediados de marzo, cuando empezó a sentir los primeros síntomas e ingresó en el Hospital Universitario de Guadalajara. Allí pasó 58 días ingresado en la UCI.

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«Este maldito bicho no ha conseguido matarme, pero me ha dejado con 25 kilos menos”. Nos confiesa David Delgado.

¿Cuándo empezaste a notar los síntomas? ¿Cómo supiste que tenías la COVID-19?

Mis primeros síntomas empezaron a mediados del mes de marzo. Tos seca, cansancio, falta de apetito y la comida me sabía toda a ceniza. Además de fiebre, por supuesto. Me diagnosticó telefónicamente un médico de Atención Primaria.

Hasta ese día no hice mucho caso a las señales. Mis proyectos y mi trabajo eran demasiado importantes como para parar; mi vida transcurría fluida, sin demasiadas preocupaciones hasta entonces.

¿Cuál fue tu proceso de la enfermedad? ¿Cuánto tiempo estuviste dentro del hospital?

Me pidieron que me quedara confinado con mi familia en casa y que guardara reposo. Empecé a tomar algunos medicamentos y así estuve 10 días hasta que el día 28 de marzo mi mujer me llevó a urgencias del hospital de Guadalajara, ya con una fiebre muy alta, agotamiento físico agudo, dificultades respiratorias importantes y problemas para andar.

Pasé en planta dos días y después ingresé a la UCI donde permanecí 58 días. Posteriormente pasé otro mes más en planta. Después de varias carreras por los pasillos del hospital me sedaron y permanecí dormido durante unos 40 días en los que me debatí entre la vida y la muerte. Se dice que lo que no mata engorda, pero os puedo asegurar que no es cierto, este maldito bicho no ha conseguido matarme, pero si me ha dejado con 25 kilos menos.

Cuando dijeron que te daban el alta, ¿Qué sentiste?

Una mezcla de ansiedad, miedo, felicidad y ganas de terminar con aquel infierno. Me di cuenta de que todos somos totalmente dependientes de nuestros semejantes, y que muy pocas veces tenemos la capacidad de dirigir nuestro destino.

¿Cómo ha vivido tu familia toda esta situación?

Para mi familia ha sido una autentica pesadilla. Todos los días esperaban la llamada de los médicos. Hemos estado sin prácticamente contacto durante casi dos meses. Además, hay que sumarle la incertidumbre por las breves noticias que recibían, unas veces esperanzadoras y otras muy preocupantes.

Una vez superada la enfermedad, ¿qué secuelas te han quedado?

Lo de superar la enfermedad hay que entrecomillarlo porque aún tengo problemas de debilidad en el hombro izquierdo. También arrastro un coágulo en la subclavia derecha que está siendo tratado y muchos dolores articulares. Además, tengo una falta importante de fondo físico y una pérdida importante de cabello.

¿Realizas algún tipo de rehabilitación fisioterápica?

Si, voy a un fisioterapeuta particular una vez por semana y también dos veces por semana a la sesión de Fisioterapia en el hospital. Los fisioterapeutas me han devuelto la libertad y la esperanza de recuperar el control sobre mi cuerpo, con ellos he aprendido a comer, a levantarme de la cama, a ponerme en pie y caminar, a subir escaleras.

La Fisioterapia ha sido para mí un enorme descubrimiento, pensaba que era como una terapia alternativa tipo Yoga o Reiki, y he descubierto una disciplina completísima, con muchas ramificaciones y utilidades para una enormidad de patologías, sin duda, un imprescindible en el hospital y para toda la población. Ahora un nuevo futuro se abre ante mí, más consciente, más paciente, más dependiente. Son las enseñanzas que me tenía reservadas esta pesadilla y que he tenido que aprender a base de esfuerzo, dolor, soledad y de parálisis. Y que, para celebrar que el bicho no ha conseguido matarme, seguiré divulgando.

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