El pasado 16 de enero, el cantante David Bisbal visitaba por sorpresa el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. El almeriense pretendía con ese gesto, y sus canciones, agradecer el trato recibido por su hermano José María, atendido de una lesión medular durante cinco meses. Hablamos con el fisioterapeuta José Luis Campos de su visita.
Durante la visita, se producía otra anécdota, protagonizada por José Luis Campos, fisioterapeuta colegiado en COFICAM, al que se dirigió Bisbal, y quién le contestó que no podía escucharlo por ser completamente sordo.
El revuelo que se organizó cuando profesionales y usuarios del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo vieron aparecer a David Bisbal tuvo que ser de órdago, ¿Cómo se vivió ese momento?
Sinceramente, no sabíamos nada. Fue toda una sorpresa. Cuando empezamos a trabajar a las ocho estaban los de mantenimiento colocando altavoces al lado del Lokomat y nos dijeron que era porque, al ser el 50 aniversario del hospital, iban a dar una charla.
Así que seguimos trabajando sin más. Y a eso de las 12:00 h venía mucha gente detrás de él entrando en el gimnasio y rodeando a Bisbal. Y una vez en el gimnasio no se dejó a nadie sin saludar. Saludó a todo el mundo. Muy cercano y humilde, y con esa sonrisa. Debería ser fisioterapeuta.
¿Cómo reaccionó David Bisbal cuando usted le indicó que es sordo y cómo fue la conversación a partir de ese momento?
Cuando se acercó por donde yo estaba y le dije que era sordo, actuó con total normalidad. Como si nos conociésemos de toda vida. Luego hablamos de su hermano y sus nuevos retos, y ya nos deseamos suerte los dos. Ya digo que por muy famoso que sea ese hombre, es así de cercano y humano.
¿Cómo percibe la música una persona sorda? Aparte de poder leer los labios y entender con ello la letra de una canción, ¿se pueden sentir vibraciones u otro tipo de estímulos?
Cualquier persona sorda que lleve algún aparato o estimulador óseo podrá sentir la música de alguna forma, pero en mi caso no me sirve nada. Incluso hubo que descartar el implante coclear por malformación ósea. Es un poco duro, pero hay cosas peores. Pero ojo……que cantar canto ¡eh!, mal, pero canto.
Suponemos que David Bisbal no es la primera persona popular que visita el Hospital de Parapléjicos de Toledo, ¿Qué otros famosos han pasado por allí?
Llevo algo más de un año en rehabilitación. Antes estaba en rayos. Ha venido algún político famoso… el consejero de sanidad… pero vamos ni revuelo ni nada de nada… con famosos no he coincidido o no me he enterado, la verdad.
Padecer esa sordera que, por cierto, no es de nacimiento, ¿supone algún impedimento en el desarrollo de su profesión?
Padecer una sordera o cualquier discapacidad sensorial que te impida comunicarte con el exterior es un problema. Y más cuando se trata de estar trabajando con personas.
Hay que estar, no con los cinco sentidos, sino con siete, lo cual resulta agotador porque hay que hacer las cosas como una persona oyente. Y, además, con el paso de los años, se pierde mucha destreza en la lectura labial. Es difícil estar siempre al cien por cien.
¿Cree que la lectura de labios debería estar más extendida entre la población y especialmente entre los y las fisioterapeutas?
La lectura labial es muy sencilla, es cuestión de practicarla. Lo que pasa es que hay pocas personas sordas en según qué trabajos. Menos mal que, al menos, la ONCE es la que más medios pone a la hora de enseñar y adaptar puestos de trabajo.
En el plano profesional, ¿qué elementos facilitadores y qué barreras se encuentra como persona con discapacidad auditiva?
Hace ahora 34 años que me quedé sordo y ya me hubiera gustado a mí que en los estudios universitarios hubiese habido todas las cosas que hay ahora. Me hubiera gustado tener algo más de formación, pero me resultaba agotador porque es muy difícil enterarse de todo en un curso o máster.
Eso, hoy día no ocurre, ya que la inteligencia artificial es capaz de escribirte lo que hablas al momento. Y cada vez se avanza más con imágenes virtuales y un largo etcétera. Por eso digo que ha habido un salto muy importante. Antes era todo presencial y a mano.
Barreras… el teléfono dentro del hospital, las mascarillas, no poder participar más en trabajos de grupos o cursillos, etc.
A mis 54 años, y 30 años por los hospitales, se pierde mucha destreza en lectura labial. Ya no soy aquel chaval de 20 años que un día se quedó sordo y aprendió a leer los labios con los telediarios.
Un saludo y muchas gracias.
