De todos es sabido la importancia del ejercicio terapéutico en la recuperación de las enfermedades cardiovasculares. Es un pilar fundamental del fisioterapeuta desde el primer día que estos pacientes comienzan su tratamiento. Pero, por qué tratar cuando se puede prevenir. La prevención y la educación para la salud deben ser los grandes pilares de la salud pública. Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla La Mancha se defienden dichos pilares cada día con más ahínco.
Las enfermedades cardiovasculares son un conjunto de trastornos que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos. Según su etiología se pueden clasificar en congénitas y adquiridas y cursan con limitaciones de las actividades de la vida diaria y muerte prematura en muchos casos.
En la antigua china, la población pagaba a los médicos mientras estaban sanos y éste sufragaba los gastos cuando los usuarios enfermaban. A día de hoy cuesta iniciar este camino, pero cabe destacar que la enfermedad cardiovascular es un trastorno crónico que se desarrolla de manera silenciosa a lo largo de la vida. Como consecuencia suele estar avanzada cuando aparecen los síntomas, y puede ser tarde ya.
Primera causa de muertes en los países industrializados
Según el Instituto Nacional de Estadística las enfermedades cardiovasculares fueron la primera causa de muerte en los países industrializados con una tasa del 29,7%, siendo por sexos también la primera causa de muerte de las mujeres y la segunda en los hombres. De todas las muertes que ocurren antes de los 75 años en Europa, el 42% se debe a enfermedades cardiovasculares en mujeres y un 38% en varones.
La enfermedad cardiovascular está fuertemente relacionada con factores de riesgo modificables (presión arterial, sedentarismo, glucemia basal, colesterol, y obesidad) y/o estilos de vida poco saludables (tabaco, inactividad física, alimentación y estrés psicosocial). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con cambios adecuados se podría prevenir más de las tres cuartas partes de la mortalidad cardiovascular.
La Sociedad Europea de Cardiología, describe las características esenciales de una población sana : No fumar, actividad física adecuada (como mínimo 5 días a la semana), hábitos alimentarios saludables, evitar el sobrepeso, presión arterial <140/90 mmHg, colesterol total <190 mg/dL, metabolismo normal de glucosa y evitar el estrés excesivo.
La inactividad física, causa de muerte
Por otro lado la inactividad física es la cuarta causa de muerte según la OMS. Para mejorar la capacidad física, reducir riesgos, y perder peso hay que superar los mínimos recomendados. Y para ello hay que saber diferenciar entre actividad física y ejercicio terapéutico con un fin preventivo o recuperador.
Se pueden obtener importantes beneficios realizando una cantidad moderada de ejercicio, todos o casi todos los días (30 min), o intensa 3 veces en semana (20min), pero si en vez de actividad física es ejercicio físico, es decir controlado, medido y pautado, y dura en el tiempo, se obtienen más beneficios aún. La relación inversa entre morbilidad y muerte prematura y actividad física está bien establecida.
El ejercicio físico es un medicamento natural
Para realizar ejercicio terapéutico es necesario que este esté pautado por un profesional sanitario cualificado y que diversas pruebas (test de fuerza, pruebas de esfuerzo, datos antropométricos, frecuencias cardiaca, presión arterial, electrocardiograma…) y cuestionarios deben ser cumplimentados para detectar posibles riesgos y para poder pautar las intensidades y las cargas necesarias para obtener beneficios. El ejercicio físico es un medicamento natural y como todo medicamento tiene sus indicaciones, contraindicaciones, efectos adversos así como su dosis. Por eso siempre ha de ser pautado por un profesional cualificado. Dentro de los profesionales sanitarios, según la OMS, es el fisioterapeuta el que ha de pautar dichos ejercicios, tras una valoración previa tanto de su médico como del propio fisioterapeuta.
El entrenamiento aeróbico ha sido el componente integral de la actividad física tanto preventiva como recuperadora en las enfermedades cardiovasculares durante los últimos años. Recientemente, se ha comenzado a recomendar el entrenamiento de fuerza muscular para su prevención y el tratamiento. Cabe recordar que la carrera como ejercicio aeróbico, por poner un ejemplo, es muy lesiva si no se está preparado, y por ello es importante complementar con trabajo de fuerza y estar asesorado. El lema es, estar en forma para correr y no correr para estar en forma.
El entrenamiento de fuerza muscular mejora la masa muscular, la fuerza muscular así como la función cardiovascular, disminuyendo las demandas cardiacas para realizar un trabajo físico determinado. Además, se ha observado que el entrenamiento de fuerza muscular disminuye la tensión arterial de reposo en hipertensos. Además de disminuir los niveles de triglicéridos en sangre, incrementar los niveles de colesterol-HDL. Sin olvidar que controla y disminuye la obesidad y la grasa abdominal, y disminuye la resistencia a la insulina.
El ejercicio físico debe ser pautado
La recomendación es hacer ejercicio terapéutico pautado y supervisado, pero en caso de realizar actividad física por su cuenta, es necesario tener en cuenta los siguientes síntomas que podrían indicar un posible problema cardiovascular. La disnea o sensación de ahogo, cianosis, tos, hemoptisis, dolor o molestias en el pecho, nauseas o vómitos, síncope o desmayo. También palpitaciones y el edema de origen cardiaco en zonas que se encuentren en declive.
Aunque a día de hoy, a la hora de hacer ejercicio, la gente puede pensar que podrían sufrir una muerte súbita, éste porcentaje es ínfimo si lo comparamos con las posibilidades que tiene el sedentario de sufrir enfermedad cardiopulmonar, que es de un 30-40% más y más aún si está controlado por profesionales sanitarios.
En caso de no poder prevenir, el tratamiento del paciente con una enfermedad cardiovascular incluye un tratamiento farmacológico, control de los factores de riesgo cardiovasculares en los que se incluye dejar de fumar, control de la presión arterial, control de las concentraciones de colesterol y de glucemia, control del peso, y un tratamiento no farmacológico, cuya piedra angular es el ejercicio terapéutico, junto una dieta cardiosaludable.
COFICAM recuerda la importancia de prevenir, de acudir a un profesional colegiado y cualificado. Los fisioterapeutas no solo tratamos en la camilla. Pon en forma tu salud, acude a tu fisioterapeuta de confianza.
Alberto Sánchez Sierra