Desde 2009, el 12 de noviembre se celebra el Día Mundial contra la Neumonía, infección de los pulmones que puede ser causada por múltiples microorganismos (bacterias, virus y hongos) y que provoca la inflamación de los alvéolos pulmonares que se llenan de líquido o pus. El tratamiento de la neumonía es, en primera instancia, principalmente farmacológico en la fase aguda.
Las neumonías se clasifican según se adquieren en un centro sanitario (neumonía hospitalaria o nosocomial) o en el día a día de una persona (neumonía adquirida en la comunidad). Puede contraerse de distintas formas; al inhalar virus o bacterias que se encuentran de manera natural en las vías respiratorias, la nariz y la garganta; también por el estornudo o tos de una persona infectada; y, por último, a través de la sangre, como es el caso de la madre al hijo en el parto.
Afecta principalmente a la población en los extremos de la vida, niños menores de 5 años y adultos mayores de 60 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
Esta enfermedad representa un grave problema de salud pública
Cabe recordar que esta enfermedad representa un grave problema de salud pública, pero prevenible en muchos casos.
En los países desarrollados es la sexta causa de muerte. Se observan aproximadamente entre 7 y 15 casos por cada 1.000 personas al año. En España la neumonía provoca entre 9.000 y 10.000 muertes anuales sin tener en cuenta los datos derivados de esta pandemia que desde marzo del 2020 ha hecho aumentar exponencialmente los fallecimientos a causa de la neumonía derivada por la infección del coronavirus.
Las pruebas para diagnosticarla tras la evaluación de la historia clínica del paciente, sus síntomas y sus antecedentes familiares y personales, son; el análisis de sangre, la radiografía de tórax, la pulsioximetría (medición de oxígeno en sangre periférica) y la prueba de análisis del esputo.
Los síntomas más habituales de la neumonía
Los síntomas más habituales son fiebre, tos, dificultad para respirar, sensación de cansancio y/o falta de aire, y confusión mental en los casos más graves que pueden verse exacerbados cuando las defensas del organismo se debilitan por determinadas circunstancias como el consumo de tabaco, las enfermedades pulmonares crónicas (EPOC, bronquiectasias…), el alcoholismo, la desnutrición, obesidad, etc.
Desde COFICAM, estamos concienciados del problema de salud pública que provoca esta patología, y queremos aportar nuestro trabajo como fisioterapeutas con la fisioterapia respiratoria como elemento terapéutico fundamental en la prevención, recuperación y tratamiento de esta enfermedad respiratoria.
Indicadas tanto en adultos como en niños, el fisioterapeuta aplicará técnicas de fisioterapia respiratoria destinadas a permeabilizar la vía aérea si hay dificultad para la eliminación de secreciones, técnicas que persiguen la reeducación respiratoria del paciente y el reentrenamiento al esfuerzo sobre todo en aquellos casos más graves en los que sea necesario una intubación por complicación del proceso infeccioso, y técnicas centradas en la relajación del paciente para minimizar la sensación de ahogo o falta de aire que puede aparecer por el mal intercambio de oxígeno a nivel pulmonar.
De esta forma contribuimos a mejorar la calidad de vida de los pacientes que han padecido un proceso respiratorio como es la neumonía.
En España, NEUMOAI, la Asociación de Apoyo e Información a Familiares y Pacientes con Neumonía, y FENAER, la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias, en sus páginas web tratan de trasladar a un lenguaje sencillo y comprensivo todo lo que se conoce de esta enfermedad.
Comisión de Fisioterapia Cardio-Respiratoria del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha.