El pasado 3 de diciembre se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad 2017, efeméride que fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de octubre de 1992. Hecho que tuvo lugar al término del Decenio de las Naciones Unidas para los Impedidos (1983-1992). Como un mensaje claro de toma de conciencia de la situación desfavorecida de estas personas. Además de asumir el reto de conseguir medidas encaminadas a mejorar su calidad de vida.
Son muchos los fisioterapeutas que ponen sus conocimientos, energías, voluntades e incluso su vida en hacer de este mundo globalizado e injusto un planeta un poco más solidario y mejor. La fisioterapia es una herramienta imprescindible y transversal de integración. También de adaptación y mejora de la vida de las personas que se encuentran en situaciones de clara falta de dignidad y de infinita penosidad.
Por ejemplo, y como botón de muestra, podemos citar el importante trabajo que desarrollaba nuestra querida compañera Lorena Enebral. Cooperante de la Cruz Roja, que en este año 2017 dio su vida en un centro de rehabilitación Mazare-Sharif (Afganistán). Trabajaba un proyecto de “ayuda a llevar una vida activa a personas mutiladas o con alguna discapacidad”. O la importante labor que está desarrollando Lorena de Rozas, fisioterapeuta albaceteña, en el proyecto de las Hermanas de Notre Dame en Matagalpa (Nicaragua). Destinado a trabajar con familias con niños/as con discapacidad, mediante el “asesoramiento a la familia en los cuidados más apropiados para estos niños, como cambios posturales, manejo, posicionamiento y tratamiento especializado en neurología infantil y terapia acuática”.
