El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) ha participado en el primer exoesqueleto pediátrico del mundo, el Atlas 2030, desarrollado por Marsi Bionics (spin off del CSIC) y la Fundación NIPACE.
Este dispositivo, desarrollado con la estrecha colaboración de las colegiadas de COFICAM María Teresa Vega Escolar, Directora de Tecnología, Formación e Investigación de NIPACE; y Nora María Sanz Muñoz, directora de Personal, Terapias y Familias de la misma fundación, supone un antes y un después dentro de la neurorrehabilitación infantil, ya que va a facilitar la posibilidad de realizar distintas funciones motrices como caminar, pasar de sentado a de pie o incluso mantenerse de pie, además de poder caminar hacia atrás o interactuar con una pelota. Todo ello gracias a distintos motores que son dirigidos por un software informático que presenta también inteligencia artificial.
La parálisis cerebral es la lesión motora más común en la infancia, afecta las habilidades motoras, el movimiento y la postura del individuo. Caminar tiene beneficios fisiológicos y funcionales. Para este propósito, la rehabilitación centrada en el Entrenamiento de la Marcha Asistida por Robot (RAGT) ha demostrado mejorar su movilidad y se está utilizando cada vez más en la neurorrehabilitación pediátrica para complementar la fisioterapia convencional.
¿Cómo funciona el exoesqueleto pediátrico?
Este primer exoesqueleto pediátrico en el cual ha participado COFICAM, se acopla al cuerpo de cada niño. Gracias a la inteligencia artificial, logra interpretar la intención de movimiento al caminar y le aporta la fuerza y la estabilidad necesaria para conseguirlo. Con ello, los niños pueden mejorar su condición física y psicológica. A nivel físico, trabaja la espasticidad y la rigidez y tensión muscular propia de la parálisis muscular. Además de todas esas ventajas, el hecho de caminar supone una mejora a nivel circulatorio, respiratorio e incluso gastrointestinal. A nivel psicológico también genera un gran impacto al poner a cada niño a realizar actividades que antes eran impensables.
Este robot va a ser utilizado por niños entre los 3 y los 12 años, facilitándoles participar en distintas actividades con sus iguales. Junto al resto de dispositivos robóticos con los que cuenta la fundación NIPACE, supone la inclusión de nuevas tecnologías dentro de la intervención con los niños con parálisis cerebral.