23 noviembre 2024

Julio Gómez, primer catedrático de Fisioterapia de CLM

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Hablamos con Julio Gómez Soriano, primer catedrático de Fisioterapia de Castilla-La Mancha.

Julio Gómez Soriano es diplomado en Fisioterapia por la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo. Licenciado en Actividad Física y Ciencias del Deporte por la Facultad de Ciencias del Deporte de la misma Universidad, y posee un Máster en Patología Neurológica y el título de doctor por la Universidad Rey Juan Carlos.

Ejerce como profesor del Grado de Fisioterapia de la Universidad de Castilla-La Mancha desde 2007 y colabora en la formación de diferentes másteres y formaciones, como el Máster Oficial “Aspectos clínicos y básicos del dolor” de la Universidad Rey Juan Carlos o el Máster Universitario de Neurofisioterapia de la Universidad Ramón Llull entre otros.

En cuanto a la investigación, es el co-responsable del grupo de Investigación en Fisioterapia Toledo (GIFTO) desde 2014 y colabora con el grupo de Función Sensitivomotora del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo desde 2004.

Además, Julio Gómez Soriano es el primer catedrático de Fisioterapia de Castilla-La Mancha.

En primer lugar, enhorabuena por haber logrado la Cátedra de Fisioterapia, la primera de Castilla-La Mancha. ¿Con ello se abre un nuevo camino en la docencia para los alumnos que hoy estudian Fisioterapia, al ver la consecución de su cátedra como una referencia?

En primer lugar, muchas gracias por las felicitaciones. Las últimas semanas han estado cargadas de bastantes emociones. La principal ventaja de la cátedra que veo de cara a los alumnos es que por fin nos puedan ver como una titulación universitaria plena. Es decir, en los últimos años hemos ido creciendo y alcanzando diferentes logros para equipararnos al resto de titulaciones universitarias. Hemos pasado de diplomatura a grado, posteriormente llegaron los primeros doctores en Fisioterapia, la antigua Escuela Universitaria ahora es una Facultad, llegaron también los Profesores Titulares, los másteres oficiales…y ahora, con la cátedra, completamos todos los hitos y figuras docentes para equipararnos al resto de disciplinas. Es cierto que nos queda mucho por seguir avanzando y estoy convencido de que en poco tiempo el número de catedráticos en nuestra región irá aumentando, pero por fin contamos con una estructura docente como en las carreras más tradicionales.

¿Cuál es su valoración del atractivo actual de la profesión para los más jóvenes, a la hora de decantarse por estudiar Fisioterapia?

Me vais a permitir ser un poco “rebelde” ante esta pregunta. Aunque las hay, y muchas, me voy a abstener de hablar sobre el atractivo de la profesión con el objetivo de ayudar a decidir a futuros estudiantes de Fisioterapia. En los últimos años nos hemos debido dedicar tan bien a vender los estudios de Fisioterapia que la gran demanda ha hecho que haya una gran proliferación de facultades y centros donde se imparte el grado de Fisioterapia, la mayor parte de ellas privadas. Tan solo en la comunidad de Madrid existen más de 10 centros donde se imparte Fisioterapia. Esto ha hecho que aumente notablemente el número de fisioterapeutas y, desde mi punto de vista, esto contribuye a un deterioro de las condiciones laborales. Recientemente se han aprobado en Andalucía la creación de 4 nuevos centros donde (también) se impartirá Fisioterapia. A priori, pueden parecer buenas noticias, porque aumentará la demanda de docentes universitarios en esa zona y en unos años será un mayor número de compañeros al que se le puedan ofrecer más formaciones. Sin embargo, creo que este aumento nos debilita como profesión.

Una vez finalizado el grado, ¿Considera que existen las suficientes salidas profesionales?

Desde mi punto de vista, estamos en un punto de la historia de la Fisioterapia española donde un fisioterapeuta tiene más opciones que nunca al finalizar la carrera. Además de la práctica clínica, donde acaban más del 90% de los compañeros, existen otras opciones que hace unos años eran impensables. Ya tenemos a compañeros accediendo a puestos de investigación, con contratos predoctorales que les permiten acceder a una carrera investigadora en igualdad de condiciones que otras disciplinas. Tenemos la salida docente, y no me refiero únicamente a la universitaria, sino que podemos acceder a la docencia en bachillerato y formación profesional, a través de los másteres de formación de profesorado.

Por otra parte, contamos cada vez más con fisioterapeutas en empresas de tecnología sanitaria, y hay otros compañeros que están emprendiendo en el campo de la divulgación y las redes sociales (y no me refiero a los que venden humo, también los hay que están haciendo un gran trabajo). Por último, aunque el campo de la gestión es algo que se nos está resistiendo, también tenemos compañeros que hacen una gran labor en cargos relevantes, tanto en la empresa privada como en la pública. Sin embargo, también creo que es justo destacar que gran parte de esta “variedad de salidas” han estado determinadas por la precariedad laboral que llevamos años sufriendo, que es un problema que no podemos negar, y que ha obligado a muchos compañeros a lo que ahora llaman “reinventarse”.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística publicaba la Estadística de Profesionales Sanitarios Colegiados correspondiente al año 2022. La tasa en Castilla-La Mancha de fisioterapeutas colegiados por cada 1.000 habitantes se sitúa en 1,11 (El dato nacional es de 1,38 teniendo en cuenta tanto el ámbito público como el privado). Bajo su punto de vista, ¿Es necesario ampliar la presencia de Fisioterapeutas en la sanidad pública?

Por lo que he ido percibiendo a mi alrededor, la fisioterapia ha sido siempre, y sigue siendo, algo anecdótico en el sistema público de salud. Como la fisioterapia en lo público es muy insuficiente, pero se ha visto que muy necesaria, ha provocado el gran crecimiento de la fisioterapia en el ámbito privado que hemos visto en los últimos años. ¿Cuántos compañeros conocemos que trabajan en lo público y cuánto en lo privado? Este crecimiento “de lo privado” tiene una visión positiva, y es que tenemos a muchos compañeros demostrando nuestro “buen hacer”. Pero también presenta una visión negativa, y es que la Fisioterapia se está convirtiendo en un producto de lujo que muchas personas necesitan y no pueden pagar. Por ello, el incremento de Fisioterapeutas en la sanidad pública es fundamental, y para ello, los compañeros que ya están dentro del sistema público, tienen una responsabilidad fundamental, demostrando su valía y lo que realmente pueden aportar al sistema. Tienen que convencer del valor humano y del valor económico que aporta la Fisioterapia al sistema de salud. Nos comenta Julio Gómez, primer catedrático de Fisioterapia en Castilla-La Mancha.

Los medios de comunicación, en los últimos tiempos, han venido publicando noticias relacionadas con la “fuga de cerebros”. ¿Cuáles son los mayores déficits en el campo de la investigación en España y las causas por las que nuestros investigadores se marchan al extranjero?

Las dos grandes lacras que tiene la investigación en este país son la burocracia y la falta de financiación. La gran carga burocrática que se soporta, no solo en investigación, en todos los estamentos públicos, produce una sobrecarga de trabajo que quita tiempo a lo realmente importante. Sin embargo, también hay que decir que esto es algo que no solo afecta a España, y que en otros países de nuestro entorno también tienen que lidiar con esta carga. Por otro lado, el tema económico, es probablemente lo que hace que muchos de los investigadores se planteen irse de España. No me refiero solo a los salarios o condiciones laborales de los investigadores, también contribuye mucho la escasez de presupuesto a la hora de realizar proyectos, a la falta de espacios e infraestructura adecuada o a la hora de formar grupos de trabajo estables.

Si tuviera que elegir entre la práctica clínica, la investigación y la docencia, ¿Por qué campo se decantaría?

Una de las decisiones más complicadas que he tomado en mi carrera profesional fue la de abandonar la práctica clínica para dedicarme a la investigación. En su momento me costó mucho, por lo que me gustaba la clínica y porque era para lo que me había preparado, pero parece que no me salió mal el cambio. En la actualidad realizo investigación y docencia, prácticamente a partes iguales. Las dos me encantan y me apasionan, y lo pasaría bastante mal si tuviera que elegir entre una de ellas. Si tuviera que “mojarme”, quizás me decantaría por la investigación.

Crecí profesionalmente en un grupo de investigación al margen de la docencia, donde aprendí las virtudes de la ciencia y a investigar “por curiosidad”, y no “por publicar” que es cómo se orienta esto en algunos sectores. Además, la mayor parte de mis logros profesionales han venido del ámbito de la investigación. A eso también le estoy agradecido.

Por último, ¿Cómo ve el futuro de la Fisioterapia en Castilla-La Mancha?

Como persona optimista que soy, veo una Fisioterapia con mayor presencia en el sistema público y con mejores condiciones en el sistema privado. Veo una Fisioterapia mejor valorada por la sociedad, alejada de las pseudociencias y basada en el conocimiento científico. Veo una burbuja formativa ya pinchada, con una oferta de postgrado adecuada y de calidad. Veo menos intrusismo, y menos “extrusismo” también, que tenemos que hacer autocrítica… Sin embargo, para alcanzar este optimista futuro tenemos que poner cada uno de nuestra parte y trabajar muy duro para poder alcanzarlo. Solo así podremos conseguirlo.

Nos despedimos de Julio Gómez Soriano, primer catedrático de Fisioterapia de Castilla-La Mancha, agradeciéndole sus aportaciones en esta entrevista.

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