El objetivo general de la intervención de la fisioterapia en discapacidad es conseguir que la persona sea lo más funcional posible, mejorando su calidad de vida.
En el año 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 3 de diciembre como el Día Internacional y Europeo de las personas con Discapacidad, con el objetivo de promover sus derechos y garantizarles bienestar y una mejor calidad de vida, gracias a su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad: político, educativo, sanitario, cultural o económico, entre otros.
Según podemos leer en la página web de la Organización de Naciones Unidas, el tema de 2025 del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, «Fomentar sociedades inclusivas para impulsar el progreso social», parte del compromiso renovado de los dirigentes mundiales reunidos en la Segunda Cumbre Mundial para el Desarrollo Social de construir un mundo más justo, inclusivo, equitativo y sostenible, y de su comprensión de que el avance del desarrollo social depende de la inclusión de todos los segmentos de la sociedad y, de hecho, la requiere.
La discapacidad es una condición que afecta el nivel de vida de un individuo o de un grupo. El término se usa para definir una deficiencia física o mental, como la discapacidad sensorial, cognitiva o intelectual, la enfermedad mental o varios tipos de enfermedades crónicas.
Campos de especialización de la fisioterapia
Algunos de los campos de especialización de la fisioterapia, relacionados con la discapacidad, son la fisioterapia neurológica, la fisioterapia respiratoria, la fisioterapia en rehabilitación, o la fisioterapia pediátrica, entre otros.
En este ámbito, los y las profesionales de la fisioterapia pueden ayudar a pacientes con enfermedades o trastornos de origen neurológico, como epilepsia, enfermedad de Alzheimer y otras demencias; personas con trastorno del espectro del autismo; enfermedades cardiovasculares; enfermedades sistémicas; esclerosis múltiple; Parkinson; infecciones; tumores cerebrales o traumatismos craneoencefálicos.
La labor del fisioterapeuta es esencial para la mejora de la calidad de vida de estas personas tanto en las actividades de la vida diaria en casa, en el trabajo, como dentro de cualquier ámbito o espacio en el que se encuentran a diario y en el que interactúan y se relacionan, estableciendo un tratamiento individualizado o grupal de ejercicios con una finalidad terapéutica, siempre adaptado a las necesidades, capacidades y grado de tolerancia al ejercicio del individuo, y así intentar luchar para mantener o alcanzar el máximo de movilidad y funcionalidad durante todo el ciclo vital.
