Arturo Ladriñán es graduado en Fisioterapia por la Universidad de Castilla-La Mancha y experto en Fisioterapia respiratoria. Trabaja en la residencia Geriátrica RMT donde se centra en la rehabilitación y prevención de los residentes.
Con una familia vinculada al mundo sanitario, Arturo siempre tuvo claro que quería dedicarse al mundo de la salud. Una vez graduado, escogió la Fisioterapia Respiratoria como su rama favorita. “En los últimos meses se ha hecho más visible debido a la pandemia. Pero los fisioterapeutas respiratorios han estado siempre ahí, jugando un papel importantísimo en la salud de los pacientes.”
Actualmente trabaja en la Residencia Geriátrica RMT donde se centra tanto en la rehabilitación como en la prevención de los residentes. “Cuando trabajamos rehabilitación, intentamos devolver al paciente sus capacidades previas al ingreso. O, en su defecto, optimizarlas al máximo para que pueda tener la mayor autonomía posible. Desde el punto de vista preventivo, intentamos mantener o mejorar las capacidades del paciente. Buscamos crear una “reserva fisiológica” que permita afrontar los sucesos que puedan venir en un futuro. No podemos elegir cuando envejecer, pero sí como envejecemos”.
Arturo Ladriñán además es especialista en tratamiento conservador e invasivo del síndrome del dolor miofascial y la fibromialgia y en Terapia Manual. Eligió esta formación para poder realizar tratamientos más efectivos y completos con sus pacientes. “Veía una oportunidad de tener más conocimientos y herramientas para trabajar”, afirma.
La situación de pandemia mundial vivida ha demostrado que la figura del fisioterapeuta es esencial. Desde su puesto de trabajo “agradece a todos los profesionales que han luchado en primera línea durante la pandemia su esfuerzo constante. Han arriesgado su salud e incluso de su vida. También a toda la gente que nos ha ayudado a través de donaciones de material, ayudas o voluntariado”.
