Ecografías, cupping, electroterapia, termoterapia o magonoterapia, son algunas aplicaciones de la tecnología que han ganado terreno al servicio de la Fisioterapia con el paso de los años. Son términos y técnicas frecuentemente utilizadas por los fisioterapeutas en su día a día con los pacientes.
La tecnología ha ido ganando espacio en diferentes ámbitos de la vida diaria ayudando a hacernos la vida más fácil. Bien a través robots de cocina que facilitan el día a día, móviles con 5G o de relojes inteligentes que miden nuestros parámetros físicos, sin ir más lejos. Pero, ¿cómo ha influido la tecnología en las técnicas de Fisioterapia?
“En mi opinión, y en líneas generales, la influencia de las nuevas tecnologías en el campo de la Fisioterapia es bueno. Cualquier avance siempre supone ventajas, aunque también tienen sus limitaciones. Y es ahí donde hay que tener cierta precaución para no correr el riesgo de dar un mal uso a esa tecnología”, afirma Diego Serrano-Muñoz, PhD (doctorado)-Profesor Ayudante Doctor de la Facultad de Fisioterapia y Enfermería de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Es una tarea pendiente de la profesión: ser más crítico cuando intentan implantar nuevas técnicas sin aval científico
Actualmente, existe disponibilidad de nuevas herramientas tanto en el campo de la evaluación clínica como para el ámbito asistencial. “Por norma general, esta tecnología está diseñada para simplificar y facilitar nuestra labor. Por ejemplo, el análisis de marcha solo estaba al alcance de grandes hospitales debido a su alto coste. Sin embargo ahora vemos cómo hay desarrolladas aplicaciones móviles que son capaces de registrar ángulos de movimiento, velocidad, rango, etc. Obviamente no sustituye un análisis de marcha convencional, pero es una aproximación muy útil para el día a día del fisioterapeuta”, aclara Diego.
Eficacia científica
Aunque no es lo habitual, algunos profesionales utilizan nombres raros para dar la sensación de efectividad del tratamiento. En este sentido, la inercia muchas veces lleva a afirmar que una cierta técnica o terapia tiene múltiples usos y todos ellos beneficiosos. Para Diego Serrano “es ahí donde se necesita el aval científico que demuestre todos los usos que dice tener. Con la tecnología ocurre algo similar, hay herramientas de evaluación que aún no tienen el aval científico necesario para extender su uso, pero que están demostrando en pequeños estudios su utilidad”.
Con las nuevas terapias no ocurre lo mismo. Diego añade que “con estas nuevas terapias (o terapias existentes que cambian el nombre y hacen un registro de marca) que han surgido de forma reciente en la que la lista de posibles aplicaciones es muy extensa y no tienen si quiera una aplicación clínica demostrada científicamente. Es una tarea pendiente de la profesión, el ser más crítico cuando intentan implantar nuevas técnicas sin aval científico”.
Formación específica
Cuando los fisioterapeutas hablan de las diferentes técnicas, se entiende que tienen conocimientos suficientes para manejar el aparato en cuestión. “Dependerá de la aplicación o técnica que sea. Un goniómetro digital o una aplicación móvil para medir un rango articular precisa una formación menor que aprender a utilizar un ecógrafo o un electromiógrafo de superficie”, cuenta el profesor.
Sin embargo, Diego quiere poner el foco en las cada vez más habituales formaciones sobredimensionadas. “Conozco algún caso de formaciones extensas para dar a conocer su nueva técnica que bien podrían quedar resumidas en una mañana repasando conceptos básicos”, asegura.
Disposición de los pacientes
Por norma general, los pacientes se muestran abiertos al uso de la tecnología al servicio de la Fisioterapia “siempre y cuando actúen en beneficio de su recuperación. Por tanto, es responsabilidad del fisioterapeuta dar un buen uso de la tecnología. No hay que perder de vista que la tecnología debe de servir de ayuda al fisioterapeuta, pero sin sustituir su función”.
De la rehabilitación a la telerehabilitación
Durante la pandemia se han impulsado servicios de telerehabilitación que han dado sus resultados. Este modelo de rehabilitación hace referencia al uso de tecnologías de la información y la comunicación (TICS) para realizar un servicio de rehabilitación a domicilio. As se permite aplicar la terapia a personas que no pueden viajar a una clínica porque el paciente tiene una discapacidad o por grandes distancias y tiempo de viaje. Facilita el acceso a profesionales y pacientes de distintas localizaciones ahorrando costes de desplazamientos, tiempos de espera y en consecuencia una mayor productividad.
La tecnología ha favorecido que la rehabilitación a distancia sea un hecho hoy en día. Los pacientes cada vez tienen menos tiempo y su implantación en tratamiento conjunto con otras técnicas facilita el seguimiento del tratamiento. “La tecnología lo que ha hecho es facilitar este proceso, sin sustituir al profesional”, confirma Diego Serrano. Aunque existen algunos tratamientos que no requieren de terapia manual como pueden ser el Ejercicio Terapéutico, especialmente en aquellas dolencias que aparecen de forma recurrente o que están ya muy instauradas, como los dolores crónicos.
Esta rehabilitación a distancia se puede aplicar tanto a pacientes derivados del área de Traumatología como a aquellos que padecen lesiones neurológicas como el ictus.
Es importante que los equipos de neurorehabilitación estén a la vanguardia en el uso de la tecnología relacionada con el abordaje telemático de los pacientes. Además de contar con una gama amplia de herramientas que permita ofrecer diferentes opciones. Los resultados de la telerehabilitación son muy positivos en los pacientes que han podido experimentarlos de forma correcta y cuando se realiza un seguimiento adecuado del paciente. De esta forma la tecnología trabaja al servicio de la Fisioterapia sin perder el foco.
