15 noviembre 2024

Riesgos y beneficios de los deportes en invierno

Hacer ejercicio en invierno se convierte en todo un reto debido a las bajas temperaturas y las condiciones adversas. Estos son algunos consejos que nos permiten disfrutar del deporte al aire libre también en invierno.

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Los expertos recomiendan practicar deporte al aire libre a lo largo de todo el año. Sin embargo, hacer ejercicio en invierno se convierte en todo un reto debido a las bajas temperaturas y las condiciones adversas propias de esta época. A continuación desde COFICAM os contamos los riesgos y beneficios de la práctica de los deportes en invierno.

Si no se practica adecuadamente, los músculos y las articulaciones no trabajan con normalidad, la respiración se realiza con dificultad y la piel se reseca, entre otras afectaciones. Para evitarlo, existen consejos que nos permiten disfrutar del deporte al aire libre también en invierno y beneficiarnos de las ventajas que supone practicar actividad física a bajas temperaturas.

Ventajas de entrenar con frío

El hecho de entrenar con frío tiene efectos ventajosos sobre nuestro cuerpo y nuestra mente que no suceden en condiciones normales. Durante el entrenamiento en estas condiciones nos encontramos:

  • Una mayor quema de calorías a consecuencia del mayor gasto energético y la aceleración de la actividad metabólica, que hace que las células aumenten su consumo de energía y la transformen en calor, acelerando el proceso de la quema de grasas.
  • Una mejora de nuestra condición física, debido a que el cuerpo aumenta su rendimiento para adaptarse a las bajas temperaturas, mejorando la capacidad muscular, cardiovascular y cardiopulmonar.
  • Una mejora del sistema inmune, al aumentar la producción de leucocitos y granulocitos, responsables de proteger nuestro cuerpo frente a posibles contagios y enfermedades.
  • Un aumento de los niveles de Vitamina D, fundamental para una buena salud ósea que reduzca el riesgo de sufrir fracturas, al aprovechar la escasa luz solar de esta época del año.
  • Una mejora del estado emocional, a consecuencia de la liberación de estrés y la generación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, especialmente importantes para generar una sensación de bienestar en la estación más fría y oscura del año.

Además, las bajas temperaturas también resultan una ventaja durante la recuperación. El frío actúa como antiinflamatorio, aliviando la hinchazón de los músculos y previniendo posibles lesiones.

Los riesgos de las bajas temperaturas

Sin embargo, para poder disfrutar de todos estos beneficios, también es necesario conocer los riesgos que implica la práctica deportiva a bajas temperaturas y seguir los siguientes consejos para evitarlos:

  • Darse una ducha de agua fría antes de comenzar el entrenamiento, de 30 a 60 segundos, para preparar el cuerpo a las condiciones climatológicas que le esperan en el exterior y evitar cambios bruscos de temperatura. Además, esta técnica conocida como “preenfriamiento” mejora el rendimiento, activa el organismo y acelera el metabolismo.
  • Vestir con ropa adecuada que contemple una primera capa de material hidrófugo para que el sudor transpire. Luego otra capa de ropa térmica para mantener el calor corporal y una tercera que sea de un material cortaviento, impermeable y transpirable. Además, ante la escasez de luz solar propia del invierno, se recomienda que la ropa sea de colores vivos para ser más visibles.
  • Escoger el lugar y la hora idóneos para practicar ejercicio, priorizando itinerarios bien iluminados, transitados, cuidados y agradables. Evitar zonas sombrías, desiertas y descampadas donde la sensación de frío sea mayor.

Y no olvides…

  • Proteger la piel con protectores solares y cremas hidratantes para evitar daños ocasionados por los rayos ultravioletas y la sequedad producida por el frío.
  • Calentar durante unos 10-15 minutos antes de comenzar el entrenamiento principal para aumentar la frecuencia cardíaca, la temperatura muscular y favorecer la oxigenación. También durante los descansos y entre series, para evitar que el cuerpo se quede frío.
  • Mantenerse hidratado, a pesar de que el cuerpo sude menos por la ausencia de calor y la sensación de deshidratación sea menor. Todo esfuerzo físico necesita un gran nivel de hidratación.
  • Escuchar al sentido común y dejar el deporte para otro momento si las condiciones climatológicas son muy adversas. Así como si la temperatura del cuerpo baja demasiado mientras se practica. Además, es recomendable informar a alguien sobre el itinerario y la duración del entrenamiento prevista, por si fuera necesario recibir ayuda en algún momento.

De esta forma, se evitan los riesgos de practicar actividad física a bajas temperaturas. Lo que nos va a permitir disfrutar de los numerosos efectos beneficiosos que tiene el deporte al aire libre, también en invierno.

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