El Síndrome de Down siempre ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo. Habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud. El acceso adecuado a la atención de la salud, a los programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, así como la investigación adecuada, son vitales para el crecimiento y el desarrollo de la persona. Y su enlace con la Fisioterapia cada día es más fuerte.
El papel de la Fisioterapia es fundamental desde las primeras etapas de vida de las personas con Síndrome de Down. Ayuda a mejorar desde las necesidades y prioridades del niño y su familia en un primer momento, hasta desarrollar su capacidad de atención. También a prevenir deformidades por malas posturas e incluso disminuir su frustración.
Desde el nacimiento del bebé, las familias son derivadas a los centros de desarrollo infantil y atención temprana. Con el objetivo de que puedan empezar a aplicar tratamientos de Fisioterapia pediátrica, y empezar a trabajar en mejorar su desarrollo psicomotor.
En este sentido, destaca que el trabajo fisioterápico con los pacientes con Síndrome de Down es totalmente global. Desde el Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT) de Villarrobledo, las fisioterapeutas Lourdes Frías y Carolina Arenas intentan con su trabajo que “las mejoras se produzcan en todos los aspectos del desarrollo de un niño, ya que no consideramos que este se pueda parcelar en aspectos motores, sociales, comunicativos”.
La Fisioterapia y el desarrollo de niños con Síndrome de Down
En etapas más avanzadas, el objetivo de la Fisioterapia será el de desarrollar al máximo la funcionalidad de cada niño a través del movimiento. Adaptando cada actividad a las características propias del síndrome. “La Fisioterapia ayuda a desarrollar la habilidad motora necesaria para su plena participación en el proceso de aprendizaje, por tanto, es vital a la hora de generar oportunidades o de ayudar a que progresen académicamente, y por ende puedan optar a un futuro digno como cualquiera de sus compañeros en un centro específico u ordinario”, afirma Juanjo Simón Sierra, fisioterapeuta del Colegio de Educación Especial Infanta Elena, de Villarrobledo en Albacete.
Según se van haciendo mayores, la Fisioterapia va trabajando en mejorar su coordinación tanto estática como dinámica, equilibrio, propiocepción y control del propio cuerpo. A través de diferentes técnicas como son la hidroterapia, talleres de motricidad gruesa y control postural. Y mediante técnicas del concepto Bobath, sesiones de estimulación vestibular o el ejercicio terapéutico.
Las familias, esenciales en todo el proceso
En el CDIAT, trabajan con el Modelo Centrado en la Familia y basado en el Entorno Natural del Niño, “lo que nos permite, a través de diversas herramientas, conocer al niño en toda su globalidad, crear un vínculo de confianza y colaboración con la familia, fundamental para la evolución del niño”, cuentan Frías y Arenas.
En cuanto a las familias, ambas fisioterapeutas hacen hincapié en que suelen ser “muy receptivas a este modelo de trabajo, ya que sienten que todo lo que rodea a su hijo es escuchado y tenido en cuenta desde su llegada al servicio de Atención Temprana”.
Para todos ellos es muy gratificante, a la vez que una gran responsabilidad formar parte de sus primeros años de vida y en su mejora de la calidad de vida, a la vez que son un gran apoyo para las familias.
Juanjo Simón Sierra, Col. Nº 1864
Mª Lourdes Frías Gómez, Col. Nº 85
Carolina Arenas, Col Nº 2085 C-LM.