La Fisioterapia es una herramienta que ayuda a la fomentar hábitos de vida saludables en las personas con TEA, mediante la prevención y promoción.
El autismo es una alteración del desarrollo que afecta a la comunicación y a las relaciones sociales. Existe una enorme heterogeneidad en las manifestaciones del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Y pasa lo mismo con las posibles diferencias de salud debidas a factores como la edad o el sexo (síntomas distintos, responder diferencialmente a la toma de medicación, etc.). Por eso, es imprescindible una absoluta individualización de los apoyos e intervenciones que la persona pueda precisar.
Las necesidades derivadas de condiciones de salud requieren también de intervenciones diferentes, como puede ser la Fisioterapia. “En la vida adulta especialmente, la Fisioterapia contribuye a mejorar el estado de salud de las personas que, a veces por las propias características del TEA, pueden presentar dolencias que la hagan recomendable (estereotipias motoras, movimientos repetitivos o hiposensibilidad)”, afirma Cristina Hernández, técnica del Área de Investigación y Transferencia de Conocimiento de Autismo España.
Se estima que siete millones de personas tienen Trastorno del Espectro del Autismo en Europa. En España son más de 470.000 y el número de casos diagnosticados crece cada año. Desde la Asociación Desarrollo Autismo de Albacete acompañan a las familias dándoles formación o acogiéndolas y apoyándolas en sus necesidades (trabajo social, espacio de familias, psicología). “Además, ofrecemos terapias y recursos especializadas para los chicos (logopedia, terapia ocupacional, taller de música, ocio o deporte adaptado)”, señala Lourdes Valero, Vocal de la Junta Directiva de la Asociación Desarrollo Autismo de Albacete.
¿Qué papel juega la Fisioterapia en el tratamiento de las personas con TEA?
Las personas con autismo suelen tener algunas dificultades motrices relacionadas con su trastorno. La labor de un fisioterapeuta puede ayudar a resolver problemas posturales, corregir la marcha o mejorar la movilidad general o específica. “La Fisioterapia puede ser una herramienta muy relevante para la prevención y la promoción de hábitos de vida saludables. También ayuda a minimizar dolores o malestar. Puede jugar un papel importante para fomentar la higiene postural y prevenir las lumbalgias y dolores articulares en la edad adulta, mejorando así su calidad de vida”, comenta Hernández.
¿Cómo ayuda la Fisioterapia con la TEA? Al trabajar tanto de forma individual como grupal con programas de columna, ergonomía e higiene postural, fortalecimiento de la musculatura tanto de miembros superiores como inferiores y la práctica de psicomotricidad como herramienta. “La Fisioterapia es un complemento ideal, ya que la intervención multidisciplinar es fundamental en un trastorno complejo como es el TEA, que no afecta por igual a todos los individuos ni a lo largo de la vida”, cuenta Valero.
Muchas veces las personas con TEA no identifican ni comunican señales de malestar, dolor o signos de enfermedad. El tratamiento va a depender de las necesidades individuales que presente la persona. “A veces, puede ser necesario un trabajo progresivo, que ayude a que la persona se habitúe a tolerar el contacto físico y a la manipulación del cuerpo”, aclaran desde Autismo España.
Personas TEA durante la pandemia
La pandemia ha puesto al descubierto y agravado las grandes desigualdades que existen en todo el mundo. Las personas con TEA se han visto significativamente afectadas por la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Esta situación ha implicado cambios sustanciales en su vida cotidiana que han conllevado la necesidad de adaptarse rápidamente a una nueva realidad.
COFICAM trabaja para visibilizar las barreras y oportunidades a las que se enfrentan las personas con autismo. Sore todo en en estas dos áreas fundamentales y en la calidad de vida de las personas con autismo. COFICAM se suma a la campaña promovida por Autismo España, que bajo el lema ‘Puedo APRENDER. Puedo TRABAJAR’, pretende crear conciencia sobre cómo crear las condiciones adecuadas para hacer que la educación y el empleo sean más accesibles para el colectivo. Estos dos ámbitos fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA y conseguir su participación efectiva en la sociedad.