Que la mayoría de las carreras importantes se realicen en invierno no es casualidad. Esta época del año es perfecta para que los corredores alcancen sus mejores marcas. Pero, ¿cómo afecta el frío a los músculos?
Con el frío, tanto los músculos como el sistema articular se encuentran mucho más rígidos y con menor movilidad. “Esto se debe a que los músculos son estructuras que presentan características tixótropicas. Es decir, su fluidez depende del movimiento. Por ello, cuando nos movemos, se aumenta la energía cinética entre las moléculas y se mejora la fluidez, la viscosidad y la movilidad”, cuenta David Martín-Caro Álvarez, experto en Ejercicio Terapéutico, recuperación funcional y Fisioterapia Deportiva.
Basándonos en este principio resulta fundamental realizar un buen calentamiento del sistema osteo-neuromuscular, que mejore la funcionalidad y, sobre todo, que evite que se produzcan lesiones.
El calentamiento en ambientes fríos es imprescindible para los músculos
El calentamiento es imprescindible antes de realizar cualquier actividad que implique un trabajo importante de nuestras estructuras corporales. Pero en este período del año adquiere un papel mucho más importante y relevante, ya que se tiene una mayor rigidez en todo el sistema osteo-neuromuscular. “Si un calentamiento normal debe durar unos 15 minutos como mínimo, en época de frío debería ser de unos 25 minutos, así no afecta a los músculos”, confirma David.
El calentamiento lleva un orden
El tipo de calentamiento hay que adaptarlo siempre a las características de cada persona. “Como normas básicas podemos mencionar que el calentamiento debe llevar un orden, preferiblemente de distal a proximal. Debe comenzar por ejercicios de movilidad articular, activación tendinosa y neuromuscular. Hay que activar de una manera correcta todos nuestros sistemas nerviosos y reflejos porque tendrán un papel muy activo en la prevención de lesiones. Continuar con ejercicios más funcionales que impliquen algún gesto funcional o deportivo, para ir concluyendo con una activación de todo nuestro sistema cardiorespiratorio”, señala el especialista.
Lesiones más frecuentes
No se puede establecer qué lesiones son las más frecuentes, ya que depende del tipo de práctica deportiva que se realice. “A grosso modo se puede decir que las lesiones más frecuentes son aquellas que afectan a todo el sistema ostearticular y músculotendinoso. Los pacientes con malas capacidades y una mala preparación suelen sufrir daños musculares en distintos grados, como tendinopatías y lesiones ligamentosas”, explica Martín-Caro.
Según la experiencia clínica de David, en esta época del año, “nos llegan muchas más algias de raquis y lesiones musculares que en verano. Tal vez sea casuístico, pero en esta semana hemos tenido multitud de roturas musculares. En verano ese porcentaje de lesiones fibrilares disminuyen, aunque aumentan las lesiones ligamentosas y articulares”.
Nos llegan muchas más algias de raquis y lesiones musculares que en verano
Lo más importante antes de realizar cualquier actividad que implique ejercicio físico, es determinar las capacidades cardiovasculares y neuromusculares de cada paciente. Un desequilibrio entre las demandas y exigencias de la práctica deportiva y las capacidades de cada deportista va a ser el responsable de la aparición de un gran número de patologías y lesiones.
“Los fisioterapeutas tenemos un papel muy importante. Por medio de nuestras valoraciones y conocimientos, podemos ayudar a los pacientes. Podemos identificar aquellos puntos frágiles que presente cada uno de ellos e indicarles las pautas y programas de ejercicio terapéutico adaptados a cada uno, enseñarles a realizar un buen calentamiento, con cargas e intensidades adecuadas para cada deportista, así como una correcta vuelta a la calma, que será fundamental para que nuestros pacientes disfruten de una práctica deportiva segura, que les ayude a mejorar su salud y bienestar y, sobre todo, a no lesionarse”, concluye el fisioterapeuta.