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Las circunstancias idearon la mascarilla KazemiMask

Alireza Kazemi es profesional de la salud desde hace más de 35 años. Doctor en Ciencias de la Actividad Física y Salud por la Universidad Europea, fue durante años fisioterapeuta de la selección española de balonmano y docente de la Universidad de Alcalá de Henares. Iraní de nacimiento, vive en Guadalajara, dónde tiene el Instituto de Fisioterapia y Deporte. Allí cuenta con la instrumentación tecnológica necesaria más avanzada y de última generación, para realizar diagnósticos y tratamientos y con la capacidad de tratar y curar las dolencias de sus pacientes.

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mascarilla patentada por Alireza Kazemi

La idea de la mascarilla nace del “El insomnio, la pandemia y las circunstancias especiales, que despertaron mis pensamientos para realizar la KazemiMask», según el propio Alireza.

¿Cómo surgió la idea de hacer esta mascarilla? ¿Tenías el diseño previamente o fue a raíz de la pandemia cuando se realizó?

Cuando surge una idea suele ser el resultado de la concatenación de múltiples sucesos y motivaciones, con estrecha relación entre sí. En el caso de mi primera patente fueron fundamentales mi convivencia con el dolor de mis pacientes, a propósito de años de atenciones prestadas en mi área de conocimiento (Fisioterapia). Mi objetivo era demostrar mis hipótesis en forma de tesis e intentar dar alternativas terapéuticas a un problema de carácter mundial que afecta al 75% de la población mundial (dolor de espalda), así es como se gesta una idea.

Lógicamente no iba a ser más importante, mi primera patente más que la segunda, en relación con la COVID-19, una pandemia que afecta al 100% de la población mundial. 

Todo sucedió por un problema personal

Todo sucedió por un problema personal que no me dejaba dormir desde noviembre de 2019 (ya hace un año). Aquello se juntó con la pandemia, confinamiento, frío invernal, humedad y por sí fuera poco, la preocupación de cómo iba a seguir dirigiendo a mis trabajadores y mi empresa con semejante panorama socio-económico-cultural. Así que manos a la obra, empecé a aprovechar mis limitados conocimientos biológicos y a estudiar para aliviar el insomnio, sustituyendo al sueño con estudio. Largas noches de soledad, acompañadas por portales de universidades, institutos de estudios epidemiológicos, conferencias colgadas en portales de distintas entidades de grandes epidemiólogos y expertos en enfermedades infecciosas. Luego, video-conferencias con el neumólogo Iraní Dr. Farhad Malak (Irán y China entonces eran los países con mayor experiencia con la COVID-19 porque les había afectado con virulencia antes de Italia y España).

Ya lo tenía claro a finales de abril de 2020, empecé a dialogar con mi diseñador gráfico de toda la vida Juan Gutiérrez y en poco teníamos el diseño. Llegado a este punto mi agente de confianza D. Luis Naranjo (Agencia Protectia) elevó la memoria al registro de patentes en la Agencia de Marcas y Patentes del Ministerio de Industria. Y más tarde la presentamos a la Agencia de Patentes Europea. 

No hubo plan anterior a la pandemia, la pandemia y las circunstancias especiales despertaron mis pensamientos. 

la KazemiMask es un novedoso dispositivo de protección personal inteligente, preventivo y activo a la vez, capaz de neutralizar al coronavirus, mientras otros son pasivos

La Kazemimask es una mascarilla de protección personal inteligente

¿Qué tiene de distinto al resto que podemos encontrar en el mercado?

Es distinto en que ofrece lo que no ofrecen otros. Es un novedoso dispositivo de protección personal inteligente, preventivo y activo a la vez, capaz de neutralizar al coronavirus, mientras otros son pasivos (son para choques). Todo es diferente. Podría considerarse una vacuna física, en lugar de una vacuna química-farmacológica inyectable.

El inventor de la mascarilla, Alireza Kazemi, en su clínica.

¿Cómo funciona el filtro de la mascarilla?

¿Cuál de los filtros? ¿Fibra impregnable, rayos UVc tipo C, desinfectante, cerebro electrónico, extractor, medidor de calidad de aire, APP de móvil? No es una máscara típica, es un instrumento inteligente. 

¿Cuál es la reacción de la gente cuando tienen la oportunidad de probarla?

No tengo ni idea, la máscara esta patentada pero no se ha fabricado, es un sistema nuevo. Yo soy el creador (delineante) de un botijo y necesito un alfarero (fabricante), pero espero que bien. Lo importante es protegerse. Si te protege, te sientes seguro y la sociedad puede reanudar su vida con un complemento más, al igual que las bufandas, guantes, etc. Esto será la mascarilla KazemiMask.

¿Pueden llevarla aquellos que padezcan enfermedades respiratorias?

Bueno, es una indicación que corresponde a los compañeros expertos en el aparato respiratorio. Desde mi punto de vista, lleva un nebulizador que puede ser usado como un dispensador, como inhalador para asmáticos, además de cualquier otro elemento químico y farmacológico.

¿Podremos encontrarla en el mercado próximamente?

Espero que sí. A ver si los organismos oficiales y fabricantes ven en sus ventajas, virtudes y versatilidad una razón suficiente para ser fabricada de forma inmediata. La versatilidad se justifica por su aplicabilidad en posibles mutaciones de la COVID-19 y contención de otros agentes infecciosos y contaminaciones ambientales y laborales. 

«Ojalá sea la última vez que vivamos una situación similar. Debemos aprender de las experiencias propias y ajenas vividas»

La experiencia de un fisioterapeuta con la pandemia

Como fisioterapeuta, ¿cómo has vivido la pandemia?

Con ganas de participar de forma activa en el cuidado de los pacientes. De hecho, públicamente propuse que fuéramos entrenados para situaciones de emergencia nacional cuando hubo más de 5.000 afectados entre nuestros compañeros médicos y personal de enfermería. Veía que podría darse la circunstancia de un hospital tuviese 200 enfermos de la COVID-19 y tan sólo 2 profesionales sanitarios, imposible para la conservación de la salud. Ojalá sea la última vez que vivamos una situación similar y por desgracia no será así. Debemos aprender de las experiencias propias y ajenas vividas. Sólo el virus se encontró cómodo con la pandemia.

Los sanitarios debemos confinar al virus con todo el arsenal sanitario que tenemos a nuestro alcance y los que vamos creando a través de I + D. No hay más que ver a mis compañeros como todos los días atienden a los infectados de forma presencial, sin miedo a ser contagiados. Somos sanitarios, elegimos serlo y asumimos que esto conlleva riesgos para enfermarnos

Ha llegado la hora de confinar al virus con dispositivos como la mascarilla KazemiMask mientras los científicos prosiguen en su intento de encontrar vacunas y fármacos que se muestren eficientes. 

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