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La Fisioterapia es un arte – Manolo Salinero

Estudió Enfermería y Fisioterapia en la Escuela del Hospital Infantil San Juan de Dios de Madrid. Después de varios trabajos como enfermero entró al H.N. Parapléjicos de Toledo, donde ocupó el cargo de supervisor de Fisioterapia hasta el 2018.

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Manolo Salinero: La Fisioterapia es un arte
La Fisioterapia es un arte y el fisioterapeuta debe ser un artista.

Tras toda una vida dedicada a la Fisioterapia, Manolo Salinero (Toledo 1954) se siente orgulloso de haber sido uno de los pioneros. Fue de los primeros en abrir camino a la Fisioterapia en Toledo y en pertenecer a este colectivo profesional.

Trabajar en uno de los centros de referencia del país para la rehabilitación de lesionados medulares, como es el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha sido una experiencia maravillosa para este toledano. La Fisioterapia constituye uno de los pilares más importantes de la recuperación integral del lesionado medular. Y llega a ser imprescindible para ellos. Dentro del equipo multidisciplinar, los fisioterapeutas tienen un gran peso específico y gozan de una autonomía y credibilidad importantes. “Desarrollar mi profesión con pacientes que exigen tanto desde el punto de vista profesional como personal fue muy especial”, recuerda Manolo.

Lo mejor de estos 40 años

Para Salinero es realmente complicado decir qué ha sido lo mejor después de 40 años en la profesión. Aunque reconoce que se queda con la relación mantenida con los compañeros. “Tengo gratos recuerdos de muchos de ellos. Profesionales que demostraron una extraordinaria categoría humana, gran disposición y voluntariedad a pesar de las dificultades que tuvimos”.

Como antiguo supervisor de la Unidad de Fisioterapia y Terapia Ocupacional en este hospital, Salinero afirma que la Fisioterapia es un arte y el fisioterapeuta debe ser un artista. “Debe saber manejar las técnicas adecuadas para resolver los problemas físicos de los pacientes a tratar. Pero lo más importante es que lo debe hacer con el mayor respeto y honestidad”, apunta.

Aunque su vida laboral haya terminado Manolo sigue ocupado. Reconoce que sigue estudiando diferentes materias como inglés, historia del arte o música. Hace ejercicio y, sobre todo, dedica todo el tiempo que puede a su familia, “sobre todo a mi nieta de dos años”.

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