Los pacientes cada vez tienen menos tiempo y la telerrehabilitación permite solventar consultas burocráticas de revisión de historia clínica y de seguimiento. Ha venido para quedarse porque reduce el tiempo de permanencia en la clínica y, por lo tanto, la probabilidad de exposición frente a la Covid-19.
La tecnología y las circunstancias tan especiales que tuvieron lugar en el 2020 han favorecido que la Fisioterapia a distancia sea una realidad palpable hoy en día. Charlamos con María Cayeiro y Rafael Sánchez, fisioterapeuta pediátrica en atención temprana y fisioterapeuta de Ibermutua respectivamente. Nos han contado cómo en el último año se han tenido que adaptar a las circunstancias y se han apoyado en este sistema para seguir el tratamiento con sus pacientes
¿En qué momento empezaste a atender telemáticamente?
María Cayeiro: en nuestro centro de atención temprana la asistencia telemática comenzó a realizarse a partir del confinamiento de marzo de 2020. Desde el primer momento, el equipo vio necesario dar continuidad al tratamiento que veníamos realizando con las familias y con los niños. Y la teleintervención nos dio esa oportunidad. Durante esos meses, el teletrabajo fue fundamental para poder llegar a ellos, acompañarles y atender sus necesidades.
Rafael Sánchez: empecé a atender telemáticamente a partir de marzo del 2020. Coincidió con el decreto de estado de alarma en España y lo que conllevó aquel momento, es decir, el comienzo del periodo de confinamiento de los ciudadanos, y por extensión, imposibilidad de atender a mis pacientes de manera presencial.
¿Está el sector público y preparado para esta forma de asistencia?
M.C: verdaderamente no lo creo. En mi opinión, parte del éxito de la teleintervención hay que atribuírsela a los terapeutas. En la mayoría de los casos no disponemos de medios facilitados por el sector público (ordenadores, tablets, teléfono…) y empleamos los propios para poder atender a nuestros pacientes y sus familias. Además, en nuestro caso atendemos a muchas familias de zonas rurales. Ha resultado muy difícil llegar a ellas, ya sea por falta de medios tecnológicos o por desconocimiento de su uso.
Más del 80% de los profesionales de la Fisioterapia trabaja en clínicas particulares atendiendo una creciente demanda en este sector
R.S: actualmente yo desarrollo mi labor profesional en una entidad colaboradora de la Seguridad Social (Ibermutua). Y como muchas otras, tanto públicas como privadas, han tenido que hacer frente a este nuevo paradigma asistencial. Han tenido que utilizar la telerrehabilitación como complemento a sus tratamientos. Creo que nuestro sector está preparado para desarrollar programas de telerrehabilitación. Pero como ocurre en otros campos de la Fisioterapia, es necesario, invertir recursos para que se pueda desarrollar de una manera más extensa y eficaz.
¿Qué tipo de pacientes o patologías atiendes de esta forma?
M.C: en un primer momento utilizamos la teleintervención en todo tipo de patologías. No obstante, en la actualidad creo que hay determinados perfiles que pueden ser más susceptibles de poder aprovecharse de este tipo de intervención. En primer lugar, pueden verse beneficiadas aquellas familias que vivan lejos, o que tienen dificultades para desplazarse al centro. También creo que hay que tener en cuenta el tiempo que el paciente lleva en el servicio de atención temprana. No es lo mismo una familia que acaba de empezar en el servicio, y que quizás necesite más orientación, acompañamiento o ayuda, a una familia que lleva un largo recorrido, y que ya sabe cómo afrontar determinadas situaciones o realizar determinados ejercicios.
R.S: en mi caso, atiendo a pacientes con patologías traumatológias y alteraciones del sistema neuromusculoesquelético y neurológico; algunos ejemplos: pacientes que han sufrido lesiones óseas (fracturas) tendinosas (tendinopatías), musculares (contracturas, roturas fibrilares…) nerviosas (atrapamientos nerviosos, patologías de columna); algunos de estos pacientes han sido intervenidos quirúrgicamente y necesitan programas de Fisioterapia para recuperar su estado de salud, y muchos de ellos también padecen patologías degenerativas (artrosis…) y se elaboran programas para recuperar en la medida de lo posible su funcionalidad (programas de ejercicios terapéutico).
¿Qué pros y contras tiene?
M.C: como pros, creo que permite llegar a un mayor número de pacientes, ya que elimina el tiempo de desplazamiento hasta los domicilios, que en nuestro caso puede ser mucho. Además, permite llevar a cabo las sesiones de Fisioterapia en circunstancias que no podrían realizarse de forma presencial, como por ejemplo, la nieve de las semanas pasadas. Como contras, el primero y que considero fundamental es la dificultad para valorar a los pacientes. Además del inconveniente para emplear determinadas técnicas.
R.S: la telerrehabilitación tiene ventajas, por ejemplo permite realizar una terapia rehabilitadora de forma remota sin necesidad de una presencia física en el centro. De esta forma el paciente puede controlar el programa terapéutico pautado sin la presencialidad del profesional. Le ayuda a realizar un seguimiento más directo de su programa de recuperación, creando una mayor adhesión al tratamiento.
Pero también esta “no presencialidad” tiene sus desventajas; el fisioterapeuta no puede evaluar al paciente de manera presencial, parte muy importante dentro del acto fisioterápico.
¿Suele ser una parte de vuestro trabajo con los pacientes o en ocasiones puede ser la única forma de tratarlos?
M.C: la teleintervención ha surgido como una herramienta para facilitar el trabajo con los pacientes. Por lo que sí puede ser útil de forma puntual y en determinados casos. No obstante, en el trabajo del fisioterapeuta pediátrico hay aspectos en los que es fundamental la presencialidad. Por ejemplo, a la hora de aplicar determinadas técnicas como los estiramientos en una tortícolis muscular, aplicación de vendajes, técnicas de Fisioterapia respiratoria, o para realizar valoraciones de determinados aspectos como el tono, la calidad de movimiento, la fuerza, precisión…
Es importante que los usuarios pidan la colegiación del profesional que les va a tratar o el número de registro sanitario de la clínica o centro de Fisioterapia
R.S: en la mayoría de las ocasiones suele ser una herramienta más dentro del arsenal terapéutico que utilizamos los fisioterapeutas, aunque en ocasiones puede ser nuestra única forma de tratarlos cuando las circunstancias así lo imponen; por ejemplo, durante el periodo de confinamiento (estado de alarma) tuvimos que utilizar únicamente la telerrehabilitación para atender a todos nuestros pacientes durante 2 meses porque fue la manera más segura de poder desarrollar nuestra actividad.
En la actualidad, solo utilizo esta “herramienta como única forma de asistencia” si el paciente no puede desplazarse al centro, por motivos de salud , o como medida de seguridad y prevención hacia el resto de ciudadanos (ej. pacientes confinados por ser positivos en Covid-19 o tener familiares infectados). Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones la uso como complemento dentro del tratamiento global de mis pacientes.
Por último, ¿cómo valoran esta forma de trabajo los pacientes?
M.C: bajo mi punto de vista, los pacientes lo contemplan como una forma de trabajo útil en aquellos casos en los que el tratamiento presencial no pueda llevarse a cabo. Sin embargo, creo que la mayoría de ellos prefiere el tratamiento presencial.
R.S: me consta que a los pacientes también les parece muy acertado su uso. Pero creo que lo ideal sería utilizarlo dentro del acto fisioterápico en su conjunto, no como modelo de trabajo único. En nuestra profesión necesitamos cierta presencialidad con el paciente para poder desarrollar nuestra labor de manera satisfactoria y conseguir unos objetivos óptimos.
María Cayeiro Marín / Col.Nº 2060. Rafael Sánchez Madrid / Col.Nº 7.