Los fisioterapeutas ayudan al paciente UCI en la fase de «destete» del respirador. Acelera la vuelta al trabajo activo de la musculatura respiratoria y favorece la elasticidad del tejido pulmonar y pleural. Por eso, podemos afirmar que los Fisioterapeutas han llegado a la UCI para quedarse.
La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha generado nuevas necesidades y retos en las profesiones sanitarias y en la Fisioterapia también. Por ello el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (COFICAM) quiere poner el foco en todos los profesionales del gremio. Sobre todo en los que han estado atendiendo a los pacientes críticos en la UCI. Y cuya presencia permanente se considera fundamental a partir de ahora.
«Nuestro trabajo en las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) durante la pandemia ha demostrado ser muy eficaz en la reducción de días de estancia en las mismas. Hemos ayudado a retrasar la aparición de complicaciones neurológicas y motoras», afirma Pilar García Arroyo, fisioterapeuta del Hospital General Universitario de Ciudad Real y colegiada de COFICAM.
La Fisioterapia y los pacientes COVID-19
En este sentido, el tratamiento de Fisioterapia para los afectados de COVID-19 es imprescindible, sino la recuperación sería mucho más larga. El tratamiento fisioterápico en pacientes críticos ayuda al paciente en la fase de «destete» del respirador. «Acelera la vuelta al trabajo activo de la musculatura respiratoria y favorece la elasticidad del tejido pulmonar y pleural. Todo ello contribuye a una eliminación eficaz de las secreciones y, por tanto, evita sobreinfecciones respiratorias», comenta Pilar.
Por otra parte, la movilización pasiva temprana impide la aparición de otras complicaciones a consecuencia de la inmovilidad. Hablamos de la impotencia muscular, reducción de la movilidad articular y úlceras por decúbito. En definitiva, el tratamiento temprano de Fisioterapia acorta el tiempo de estancia en UCI y en planta. Favorece la pronta recuperación del paciente y la disminución de secuelas. Esto conlleva ahorro y optimización de los recursos sanitarios disponibles.
¿Cómo ayuda la Fisioterapia en la rehabilitación?
La movilización pasiva temprana retrasa la aparición de estas complicaciones al evitar las retracciones articulares y mantener la elasticidad de los tejidos. Además, volver a la actividad muscular en cuanto sea posible evita atrofias y favorece el riego sanguíneo. «Una vez superada la fase crítica, el objetivo fundamental es devolver al paciente a su vida activa. El ejercicio, tanto analítico como funcional ayuda a la recuperación de la masa muscular, el reacondicionamiento motor, la funcionalidad y la vuelta a las actividades de la vida diaria y laborales», comenta la fisioterapeuta.
Nuestro trabajo en UCI durante la pandemia ha reducido los días de estancia y ha retrasado las complicaciones neurológicas y motoras
Sin embargo, no se deben olvidar los ejercicios respiratorios, para evitar fibrosis pulmonar y conseguir una respiración más efectiva, disminuyendo la disnea. Para Pilar, todo ello ayuda a mitigar el cansancio. «Los movimientos y la musculatura se vuelven más eficaces y, por tanto, ayuda al paciente no solo desde el punto de vista físico, sino que también contribuye al bienestar psicológico, favoreciendo su integración sociolaboral».
Durante el periodo en el que el paciente está sedado, esa movilización pasiva de las articulaciones previene la rigidez y los acortamientos. Una vez despierto el paciente, se les solicita la colaboración activa, dentro de sus posibilidades. Se comienza con el ejercicio respiratorio, con el objetivo principal de activar la musculatura respiratoria y ayudar a los sujetos que hayan precisado respirador a utilizar de forma eficiente y eficaz sus pulmones. «Todo el trabajo e UCI precisa la monitorización constante. Es imprescindible evitar la desaturación, así como las alteraciones bruscas de la presión arterial», subraya Pilar García Arroyo.
Las secuelas del virus y la Fisioterapia
Tras haber superado los peores momentos de la pandemia, ahora se conoce que las secuelas que el virus deja en los afectados son muy amplias. Aunque la novedad que supone la COVID-19 no permite conocer la duración que estas complicaciones van a tener a largo plazo. Se han descrito tres tipos principales de secuelas: físicas, cognitivas (falta de concentración y déficit de memoria) y psicológicas (depresión, estrés, síndrome post-traumático).
«Como fisioterapeutas, nuestra atención va dirigida, principalmente, a las secuelas de tipo físico. Entre ellas, las que más nos mencionan los pacientes son la disnea, cansancio desproporcionado ante mínimo esfuerzo, desacondicionamiento motor y atrofia muscular intensa, lo que dificulta la deambulación y las actividades de la vida diaria», apunta la fisioterapeuta. Una vez pasada la fase más crítica, los pacientes se quejan de dolor en uno o ambos hombros. Y de una disminución del balance articular e impotencia funcional. Se debate si se trata de una secuela producida por la posición de decúbito prono que muchos de ellos han requerido en la UCI. «También hemos podido apreciar en la clínica neuropatías, tanto a nivel de miembros inferiores como a nivel de hombro».
Otra de las secuelas que deja el virus es la aparición de trombos. Si no se detectan a tiempo pueden acabar en amputación del miembro. «Hasta el momento, no tengo casos reportados en Ciudad Real. En cualquier caso, si se produjeran estas amputaciones, la Fisioterapia lleva muchos años demostrando ser imprescindible en la recuperación y vuelta a la funcionalidad de los sujetos amputados», sentencia la sanitaria.
Duración de las complicaciones
Cabe destacar que, de momento, la novedad que supone la COVID-19 no permite conocer la duración que estas complicaciones van a tener a largo plazo. «Consideramos que la Fisioterapia contribuirá a disminuirlas, como ya se ha demostrado en otras patologías conocidas de origen vírico o bacteriano, así como en el denominado Síndrome post-cuidados intensivos, largamente estudiado», afirma Pilar.
Nuevos retos y necesidades de la Fisioterapia
El trabajo de los fisioterapeutas en las UCI durante la pandemia ha demostrado ser muy eficaz. Ayuda a reducir los días de estancia en las mismas, así como en el retraso de aparición de complicaciones neurológicas y motoras. García Arroyo considera fundamental la presencia permanente y constante de fisioterapeutas en las unidades de crítico. «No se trata de que los fisioterapeutas vayan a la UCI, sino de que estén en la misma», señala la colegiada.
La Fisioterapia lleva muchos años demostrando ser imprescindible en la recuperación y vuelta a la funcionalidad de los sujetos amputados
Además, cree que ha llegado el momento de aumentar las plantillas de fisioterapeutas tanto en hospitales, como en centros de salud. «Los años de crisis y recortes han llevado al bloqueo de estas plantillas frente a la demanda social cada vez mayor. Esta pandemia ha venido a demostrar no solo que somos útiles, sino que somos necesarios como fuente de beneficios sanitarios, sociales y económicos», asevera.
La realidad refleja la importancia de los tratamientos de Fisioterapia para la recuperación de las secuelas y la vuelta a la normalidad de muchos pacientes. Ello supone un importante ahorro desde el punto de vista sanitario y también laboral. Y es que acelera la incorporación a las actividades laborales de los sujetos afectados.
Por último, de cara al futuro es necesaria la creación de grupos de investigación del tratamiento fisioterápico de las secuelas de la COVID-19. «La creación de grupos interhospitalarios y la comunicación entre profesionales nos ayudará a crear herramientas y protocolos de actuación más eficaces a corto y largo plazo. La investigación, como no puede ser de otra manera, contribuirá al aumento de eficacia de nuestro trabajo y, quizá, a evitar más secuelas en el futuro», concluye la fisioterapeuta.