Sofía Rodríguez estudió Fisioterapia por una razón práctica: el enorme futuro laboral que había en aquel momento para los fisioterapeutas.
Y los hechos le dieron la razón. Desde que terminó sus estudios de Fisioterapia el 30 de junio de 1990, no ha tenido ni un día de paro. Sin embargo, su “enganche” con la Fisioterapia vino después.
Sofía se forma en Fisioterapia neuropediátrica. Pero ella misma señala que, aunque no existe un perfil profesional propio de Fisioterapia escolar, esa sería su especialidad.
En la actualidad trabaja como fisioterapeuta escolar en el Centro de educación especial de Cuenca. Rodríguez afirma que, para el desempeño de la Fisioterapia en la escuela es imprescindible la formación en Fisioterapia pediátrica. Pero además también es necesario el conocimiento y manejo de la discapacidad. Y es que se interviene con niños que están en una franja de edad de entre los tres hasta los veintiún años.
También reflexiona acerca de la necesidad de conocer la estructura docente, su lenguaje y funcionamiento por parte de los fisioterapeutas escolares. Han de conocerlo para desarrollar el trabajo con eficacia en el entorno de la escuela.
Nos alta un documento marco
En este sentido, Sofía destaca que la Fisioterapia escolar necesita un documento marco a nivel nacional que recoja el perfil funcional del Fisioterapeuta en la escuela, sus competencias y desempeño. Después de treinta años de trabajo del fisioterapeuta en la escuela, todavía no existe una unidad de criterios en cuestiones clave como cuándo y con qué niños tiene que actuar el fisioterapeuta en el entorno educativo.
Para Rodríguez estar colegiada es muy importante ya que te hace formar parte de órgano que te representa y defiende como colectivo tanto en el ejercicio público como en la práctica privada. “Pienso que, sin perder la mirada crítica de su gestión, siempre tenemos que apoyar y colaborar con nuestro Colegio Profesional porque en cierta manera lo hacemos los colegiados”.
Sofía Rodríguez es la Colegiada del Mes para COFICAM.
